Cámara Lúcida tiene el objetivo de ser el lugar de convergencia de cinematografías atravesadas por lo poético, lo sensible y lo político, como aspectos transversales en su desarrollo estético y narrativo; propósitos que merecen ser preservados en una sociedad que poco a poco intenta apagar la luz crítica y meditativa mediante el abrumante paso de la homogenización.
La fortaleza del Encuentro está en un proceso de programación que conecta, imprescindiblemente, ver cine y reflexionarlo; modelando un programa que propone ser «un espejo de las sociedades y lugar de reflexión sobre ellas mismas» (Sanjinés), sosteniendo la imaginación como fuente principal de la conciencia del mundo.
Cámara Lúcida se distingue por proyectar filmes que muestran la mixtura de las miradas y las identidades, volviéndose un espacio empático con su público, por medio de indagaciones fílmicas provistas de una voz propia y liberada; convirtiendo a la cinefilia en un lugar de convivencia y, a la vez, en un ejercicio político.
El Encuentro abre sus puertas a una gran cantidad de autores que abrazan la exploración de nuevos métodos fílmicos para mostrar y contar sus diversos contextos, descubriendo así nuevos caudales expresivos mientras desdibujan los márgenes impuestos por la producción cinematográfica preponderante.
Sin importar el género, el formato, la duración, el tema o su forma, Cámara Lúcida proyecta películas para pensarlas. Insisten en el cine como expansor de la percepción del mundo, en el cine como liberador de la conciencia del mundo.